Una Respuesta al Artículo “El Divorcio y Segundas Nupcias”

NOTE: El hermano quien escribio el siguiente artículo ha sido convencido del error. Por esta razón quitamos su nombre del estudio. Puesto que son argumentos que enfrentamos, dejamos el estudio esperando que pueda servir para convencer a otros del error.

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Por Tony Melton

En octubre del año pasado, recibí una copia de un artículo titulado “El Divorcio y Segundas Nupcias”.  La doctrina que está promovida en este artículo va en contra de la voluntad de Dios. Nuestro propósito en esta respuesta no es menospreciar al hermano, sino aclarar lo que creemos es la verdad acerca de este tema, y exponer la falsa enseñanza de su artículo.  El hermano está enseñando que no hay ninguna causa por el divorcio entre dos cristianos, y por eso, un cristiano que se divorcia por cualquier razón y se casa de nuevo comete adulterio.  Este tipo de doctrina ha causado división entre las iglesias del Señor por varios años.  Es una doctrina enseñada por la iglesia católica, y ahora está entre nosotros.  Esta doctrina no tiene nada que ver con la doctrina de Cristo, sino que es de los hombres.  Es nuestra responsabilidad “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”(Judas 3).  Vamos a tratar de examinar cada punto de contención de su artículo.El hermano dice que Romanos 7:1-4 se refiere a la ley patriarcal o la ley de Dios en Génesis.  Él dice:
Pero: ¿por cual ley está sujeta la mujer a su marido mientras éste vive? No podía ser la ley de Moisés, porque en esta ley estaba permitido repudiar a sus mujeres, mediante carta de divorcio, en la cual no intervenía muerte de ninguno de los cónyuges. Por lo tanto debe referirse a la Ley dada por Dios en el principio, cuando Dios unió a Adán y Eva.
Parece extraño que Pablo de repente empezaría a hablar de la ley patriarcal cuando el tema principal de Romanos hasta estos versículos era comparar la ley de Moisés con el evangelio de Cristo.  También note un poco adelante en Romanos 7:7, donde Pablo dice:  “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás”. ¿Dónde dice en la ley patriarcal: “no codiciarás”?  Esta ley está incluida en los diez mandamientos de la ley de Moisés (Éx.20:17; Dt.5:21).  Pablo no estaba hablando de la ley del principio en Romanos siete, sino de la ley de Moisés.

El apóstol dijo que “la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive”.  Bajo la ley de Moisés, esta era una oración verdadera, pero como todos sabemos, y como el hermano ha dicho, bajo la ley, el divorcio fue permitido.  La mujer estaba sujeta por la ley a su marido hasta su muerte, o hasta que él se divorciaba de ella.  La mujer no tenía derecho de casarse de nuevo a menos que su esposo muriera o se divorciara de ella.  Él, seguramente, tenía el derecho de divorciarse de ella según la ley de Dios dada por Moisés (Dt.24:1-4; Éx.21:7-10; Dt. 21:10-14).  Si él no se divorciaba de ella, ella quedaba sujeta por la ley a su marido hasta la muerte de él.  Por ejemplo, David no podía tener a Betsabé porque Urías no se había divorciado de ella, ni había muerto.

En Romanos 7:1-4, Pablo no mencionó la regla de Dios acerca del divorcio bajo la ley de Moisés porque no tenía nada que ver con el propósito de su tema.  Aquí en estos versículos, él quería mostrar que el poder de la ley de Moisés fue quitado cuando Cristo murió en la cruz.  Burton Coffman dijo:  “Pablo no mencionó ninguna excepción aquí, su analogía dependiendo en la muerte como la que da la última mano al matrimonio de Israel con Dios, y por eso mencionar una excepción no fue necesario . . . . El pacto matrimonial ya no tiene fuerza, porque Dios murió a Israel en la persona de su Hijo” (Comentario de Romanos, Pág. 236).

Él también escribió:  “Para los cristianos judíos, Cristo murió para anular su viejo contrato con Dios;  por eso fueron librados para ser unidos con Cristo como una parte de su novia a la iglesia, esto siendo el significado de las palabras: ‘para que seáis de otro’ ” (Comentario de Romanos, Pág. 238).

Los judíos habían muerto a la ley por la muerte de Cristo.  En Romanos siete, sólo porque Pablo no mencionó la ley del divorcio de la ley de Moisés, no quiere decir que no existió, ni quiere decir que estaba hablando de la ley patriarcal.

Ahora, el hermano nos da la definición de la palabra divorcio sacada de un diccionario, y después nos da su propia definición.  Primero dice:

Así, pues, al referirnos a un divorcio, o separación, tenemos que referirnos a una separación legal según la ley de Dios en primer lugar, y después según 1as leyes terrenales, teniendo en cuenta que no todo lo que es legal para los hombres es legal para Dios. Es vergonzoso aún decirlo, pero mucho me temo que dentro de poco tiempo, en todas partes serán legales los matrimonios entre homosexuales. Sin embargo creo que todos estamos de acuerdo en que esto no los hará legales delante de Dios, ¿o sí?
En su definición, él implica que el divorcio según la ley civil puede ser igual a un matrimonio de homosexuales ante las autoridades civiles.  Es cierto que las leyes civiles muchas veces sancionan cosas que Dios no aprueba.  Sin embargo,  debemos recordar que Dios jamás ha autorizado matrimonios de homosexuales bajo ninguna circunstancia,  pero sí, Él ha autorizado el divorcio (Gn.16:3; 21:14; Dt.24:1-4; Éx.21:7-10; 21:10-14; Mt.5:32; 19:9; 1 Co.7:10,11).

Además, el hermano implica que la muerte es un divorcio.  Él dice:

Siendo el significado primario de la palabra una separación legal. Si solo esto se tomara en cuenta, cuando un cónyuge muere, hay un divorcio porque efectivamente han sido separados los cónyuges y esto de acuerdo con la ley de Dios, es decir que la separación es legal.
Aquí en su definición, está diciendo que la muerte de un cónyuge es un divorcio.  Cuando empecé a leer su artículo, no pude entender porqué él tomó tal posición hasta que leí su definición del “divorcio por fornicación”, cuando explicó palabras de Jesús en Mateo 5:32 y 19:9.  En estos dos pasajes, él dice que Jesús se refirió a la fornicación de los pasajes del Antiguo Testamento tal como Deuteronomio capítulo 22, donde la mujer fue matada por cometer fornicación y adulterio.  Aparentemente, él piensa que la ejecución de la mujer que cometió fornicación era un “divorcio” por fornicación, y la ejecución de la mujer que cometió adulterio era un “divorció”.  Este tipo de definición de la palabra “divorcio” no se encuentra en ningún diccionario acreditado.

Ahora bien, llegamos a la parte más increíble de la enseñanza del hermano.  Él, en realidad, cree que Moisés dio una ley que iba en contra de la voluntad de Dios, y cuando Jesús vino, Dios corrigió esta falsa enseñanza.  Esta enseñanza no solamente asesta un golpe contra la inspiración de la Biblia, sino que también pone a Moisés como enemigo de Dios.  Luego él cita Deuteronomio 24:1,2 y dice:

Pero Cristo considera que estas separaciones no eran efectivas delante de Dios, a pesar de que eran legales, y corrige a los judíos diciéndoles que con ésta práctica estaban incurriendo en adulterio”.
En esencia, está diciendo que los judíos que se habían divorciado y se habían casado estaban viviendo en adulterio por la enseñanza de Moisés.  Cuando Jesús vino, les explicó que ellos y sus antepasados habían vivido en adulterio por la enseñanza de Moisés.  El hermano, realmente, dice:
“. . . aunque los matrimonios habían sido disueltos legalmente según la ley de Moisés, delante de Dios, en realidad no lo estaban”.
Está diciendo que Moisés dio una ley que era contraria a la voluntad de Dios, y Dios les permitió a estos judíos vivir en inmoralidad sexual alrededor de 1,500 años hasta que vino Jesús para enseñarles la verdadera ley de Dios sobre el matrimonio.

Como cristianos, debemos aceptar que Moisés era un profeta de Dios, y jamás enseñó algo contrario a la voluntad de Dios.  La Biblia enseña que Moisés era muy fiel a Dios.  Hebreos 3:5— “Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir”.  Ahora, por favor lea los siguientes versículos que prueban que Moisés era inspirado por Dios:

Dios habló por medio de Moisés: Éx.4:12— “Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar”.
Las palabras de Moisés eran las de Dios: Dt.1:3b— “. . . Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos”.
Moisés no mandaba una cosa y practicaría otra: Dt. 4:2—“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella.”
Moisés les enseñó la voluntad de Dios para que todo estuviera bien con ellos y sus hijos: Dt. 4:40— “Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre”.
Moisés les mandó a los israelitas que anduvieran en todos los caminos de Dios: Dt. 11:22— “Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para que los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole a él”.
Los israelitas tenían que obedecer todos los mandamientos de Moisés: Dt.8:1— “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres”.
Los mandamientos de Moisés eran los de Dios: Dt.8:11— “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy”. (Compare lo que dice Jesús en Marcos 10:5b— “ . . . Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento”. Este mandamiento de Moisés acerca del divorcio vino de Dios.)

 

Dt.13:18— “Cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios.”
Nehemías reconocía las palabras de Moisés como mandamientos de Dios: Neh.8:1— “y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.”
En Nehemías 8:14, la ley es llamada “la ley de Moisés”, pero en el versículo 18 la misma ley es llamada “la ley de Dios”.

Estos son algunos de los versículos que prueban que las palabras de Moisés eran las palabras de Dios, y que Moisés no hizo sus propias reglas concernientes al divorcio para Israel.

Entonces nuestro hermano nos explica:

Así, pues, como el hombre no puede apartar lo que Dios ha unido, aquellos matrimonios no estaban deshechos por la carta de divorcio y el adulterio era el resultado de los nuevos casamientos.
Aquí, otra vez dice el hermano que el hombre “no puede apartar lo que Dios ha unido”.  La verdad es que el hombre no debe apartar lo que Dios ha unido, pero la Biblia no dice que no puede hacerlo, porque bien puede, y lo hace.  Jesús dice: “Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera” (Lucas 16:18ª).  Dice claramente Jesús en este texto que uno puede divorciarse de su mujer y casarse con otra.  El divorcio y el nuevo casamiento son reconocidos por Dios si la persona es culpable o inocente de inmoralidad sexual.  Aunque si no es por inmoralidad sexual, entonces el nuevo casamiento no es sancionado por la ley de Dios.

Pues el hermano nos da más de sus razonamientos.   Él dice:

—El que repudia y se casa con otro comete adulterio.

—Hace que ella adultere.

—El que se casa con la repudiada también adultera.

Hasta aquí el hermano está en lo correcto, pero ahora mire la conclusión falsa que saca:
—El hombre que repudia a su mujer por causa de fornicación y se casa con otra no adultera.

—No hace que ella adultere.

—El otro hombre no adultera por casarse con la repudiada.

Este es un razonamiento falso porque si un hombre se divorcia de su esposa porque ella cometió “inmoralidad sexual”,  no puede hacerla caer en adulterio, porque ella misma ya lo ha hecho.  Es exactamente la razón por la cual él se divorcia de ella.  Por lo tanto, el que se casa con ella comete adulterio.

Jesús le dio a la persona inocente en Mateo 5:32; 19:9 el derecho de divorciarse, pero no le dio este derecho a la persona culpable de inmoralidad sexual.

El hermano tiene dudas que “la fornicación es suficiente fuerte para desunir lo que Dios ha unido”.  Hermano, creemos que es, porque Jesús dijo que sí.  Aceptaremos las palabras de Jesús.  Creemos que Él sabe.  El hermano está diciendo que lo que Dios juntó nadie puede separar.  La Biblia no dice eso.  Dice: “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mt.19:6).  Jesús no dijo que el hombre no puede romper la ley del matrimonio, ni tampoco dice que Dios no puede dar una excepción junto con la ley.  Dios dio una ley de matrimonio, y Él nos dio una razón para el divorcio.

Por ejemplo, en el Antiguo Testamento la mujer casada podía hacer un voto a Dios y según la ley de Dios era algo firme, y después ella tendría que cumplir lo que hubiese dicho.  La Biblia dice: “la obligación con que ligó su alma, firme será” (Nú.30:6).   Sin embargo, Dios dio una excepción a esta ley: “Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará” (Nú.30:8). Estos votos eran muy fuertes y firmes, pero podían ser anulados.  ¿Cómo?  Mediante la excepción en la ley de Dios.

Es como en el matrimonio.  La ley de Dios liga a una pareja por toda la vida, pero si uno de los cónyuges comete inmoralidad sexual con otra persona, la misma ley desliga al cónyuge inocente, pero la persona que violó el pacto no está desligada por la ley de Dios.

Acerca de Mateo 5:17, el hermano nos dice que Jesús estaba hablando a los judíos y por eso, sus palabras no son para nosotros hoy día.  Me preguntaba si podemos ligar el “nuevo nacimiento” con los inconversos hoy día ya que Jesús estaba hablando con Nicodemo, un líder judío (Jn.3:1-5).  Hermano, ¿necesitamos nacer de nuevo?  Si es así, ¿qué versículo usa usted como base?  Además hermano, ¿tenemos que adorar a Dios en espíritu y verdad?  Recuerde,  Jesús estaba hablando con una samaritana cuando dijo estas palabras (Jn.4:9-24).

En cuanto a Mateo 5:17-20, Jesús vino para cumplir la ley de Moisés, y esto es exactamente lo que hizo.  Él nunca le enseñó a nadie que violara la ley de Moisés.  Sin embargo, él dio muchas enseñanzas no encontradas en la ley de Moisés, pero jamás trató de imponer estas leyes nuevas sobre los judíos.

Jesús fue un profeta y trajo un mensaje nuevo de Dios.  La Biblia dice: Juan 1:17—  “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Jesús y Moisés fueron profetas santos de Dios y ambos trajeron revelaciones nuevas.  Hechos 3:21-23— “a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo”.

En Hebreos 9:16,17, el apóstol escribió: “Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.  Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive”. Mientras Jesús vivía aquí en la tierra, habló de su testamento, pero jamás impuso su ley del Nuevo Testamento sobre los judíos que vivían bajo la ley de Moisés.  Sabemos que su testamento no entró en efecto hasta después de su muerte.  Todos tenemos el derecho de escribir un testamento, y tenemos el derecho de hablar de este, pero nuestro testamento no está en vigencia hasta después de nuestra muerte.  Jesús habló de muchas leyes nuevas, pero ellas no entraron en vigencia hasta después de su muerte.

Por ejemplo, Pablo mencionó algunas palabras de Jesús diciendo, “Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido;  y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”.  Aquí Pablo se refirió a las palabras de Jesús acerca del matrimonio, probablemente, escrito en Marcos 10:11,12.  Estas  palabras de Jesús fueron reconocidas como ley después de su muerte.

Jesús empezó su ministerio predicando el evangelio del reino y no la ley de Moisés.  Note los siguientes versículos:

Marcos 1:14— “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios”.

Lucas 4:43, 44— “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea”.

Lucas 8:1— “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él”.

Lucas 16:16— “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”.

Mt. 4:23— “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”.

Jn. 6:63— “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

Jn. 6:68— “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”.

Mt. 24:35— “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

Mt. 17:5— “Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”.

He. 2:3— “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”.

Mt. 28:19, 20— “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

1 Ti. 6:3-5—  “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.

Ahora, el hermano admite que la palabra “fornicación” tiene varios significados, pero no quiere tratar con ellos en su artículo.  Veremos la definición de la palabra traducida “fornicación” en Mateo 5:32 y 19:9:

“Porneia { porneiva } 1) relaciones sexuales ilícitas;  1a) adulterio, fornicación, homosexualidad, lesbianismo, relaciones sexuales con animales etc; 1b) Relaciones sexuales con parientes cercanos; Lev. 18;  1c) relaciones sexuales con un hombre divorciado o una mujer divorciada; Mr. 10:11,12;   2) metafóricamente: la adoración de ídolos;”  (Lexicón de Joseph Thayer).  En esta respuesta hemos usado las palabras “inmoralidad sexual” porque incluye todas las definiciones de porneia, la cual es traducida “fornicación” en la versión Reina-Valera.

Además, el hermano nos explica porqué Jesús permitió el divorcio por causa de fornicación.  Él cita algunos versículos de Deuteronomio 22 y nos explica:

Deuteronomio 22:13-14

13 Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14 y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen;

Deuteronomio 22:20-21

20 Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven,2l entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.

En este caso se puede entender claramente que el repudio por causa de fornicación dejaba libre al marido por la muerte de la mujer fornicaria.

En este caso, si un hombre se casaba con una mujer, y después del matrimonio, él encontraba que no era virgen, la ley la condenó con la pena de muerte.  ¿De dónde encontró el hermano la idea que el divorcio estaba involucrado en este caso?  Jesús dijo que uno podía “divorciarse” de su esposa que había cometido inmoralidad sexual y no apedrearla.  El hermano dice que el hombre podía “divorciarse” de su esposa que había cometido fornicación antes del matrimonió.  Hermano, ¿Dónde dice en este texto del Antiguo Testamento que él podía divorciarse de ella? ¿Dónde dice esto en cualquier texto?

Pues el hermano va a Dt. 22:22 y dice:

El adulterio es otra de las formas en que se presenta la fornicación.

Deuteronomio 22:22  Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitaras el mal de Israel”.

Nuevamente éste tipo de fornicación es castigado con la muerte y el cónyuge que sobrevive es libre para casarse de nuevo.

Aquí también implica que la muerte de la mujer adúltera era como un “divorció” lo que daba libertad al marido para casarse de nuevo.  Ningún diccionario acreditado da tal definición de divorcio.  Hermano, ¿Cómo concluyó usted que esta pena de muerte era un divorcio?  ¿Estaba dando Moisés una ley de divorcio en este versículo? ¡Jesús dijo que el hombre podría divorciarse de su esposa que cometía adulterio, no apedrearla!  Hay una gran diferencia entre una muerte por fornicación y un divorcio por fornicación, hermano.

Ahora, el hermano aplica otra definición personal a la palabra “fornicación”.  Él dice: “Por otro lado las uniones ilícitas, prohibidas por Dios constituían otra forma de fornicación”.  Aquí él habla de “uniones ilícitas” refiriéndose al matrimonio de hijos de Dios con los incrédulos.  No sabemos en que diccionario encontró esta definición.  Está diciendo que los judíos cometían fornicación cuando se casaban con los paganos.  Me preguntaba si estaría dispuesto de aplicar su definición a los matrimonios de sus hermanos que se casan con los no cristianos.  Hermano, ¿tienen que separarse ellos si se han casado con incrédulos?  O ¿permite usted que ellos queden en una unión que usted llama “fornicación”?

El hermano decidió que aquellos judíos, en unión ilícita, podían divorciarse porque Dios nunca reconoció sus matrimonios.  Hermano, ¿reconoce Dios los matrimonios de los cristianos que se casan con incrédulos?

Entonces él dice que en todos los casos nombrados anteriormente, Dios no requería una carta de divorcio.  Sin embargo, en los primeros dos casos que él citó, ninguna carta de divorcio fue requerida, porque no existió  ningún divorcio.  Las personas culpables de fornicación y adulterio fueron apedreadas, no divorciadas.  En los últimos dos casos de las uniones ilícitas, la carta de divorcio no era necesaria porque los judíos se habían casado con paganas y no con otras judías.

Luego, el hermano decidió que los judíos tenían derecho de juzgar a los fornicarios y adúlteros, pero que nosotros como cristianos no tenemos este derecho.  Dice:

Analicemos en seguida si las palabras de  Cristo son posibles si se sacan del contexto de la ley de Moisés y las trasladamos al contexto del Nuevo Testamento, para a ser observadas por la iglesia.  En primer lugar el juicio, que bajo la ley de Moisés le pertenecía a los mismos Judíos para juzgar y aplicar el castigo correspondiente a la transgresión (la muerte en el caso de la fornicación y adulterio), ahora ya no pertenece a los hombres sino a Dios.  Hebreos 13:4— ‘Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios’.   En el contexto del Nuevo Testamento, Dios se ha reservado el juicio de los adúlteros y fornicarios. Es decir que aquel juicio mediante el cual los adúlteros y fornicarios tenían que morir a manos de sus conciudadanos, no es aplicable para los cristianos. Los cristianos tienen que dejar el juicio a Dios.
Si es cierto que un cristiano no puede juzgar a un fornicario,  ¿por qué condenó Pablo a los corintios por no “juzgar” al fornicario entre ellos? (1 Co.5).  A su vergüenza, él les preguntó: “¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” (1 Co.5:12).  Pablo dijo que él había juzgado el asunto del fornicario en Corinto y no estaba ni en el área.  Él les dijo: “Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho . . . . el tal sea entregado a Satanás” y entonces dijo: “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros” (1 Co.5:3,5,13).

El apóstol Pablo juzgó al “fornicario” y mandó a los corintios que lo juzgaran y después lo quitaran de entre ellos.  Pero el hermano piensa que Pablo no puede juzgar al fornicario.  Sólo Dios puede hacerlo.

Aquí otra vez el hermano llega a una conclusión falsa, por su interpretación de Mateo 5:32. Dice:

Recordemos nuevamente lo que dice Cristo que pasa con los involucrados en el repudio: Dice Cristo que el que repudia a su mujer salvo por causa de fornicación, y se casa con otra adultera, también hace que ella adultere y el que se casa con la repudiada también adultera. Lo anterior implica que si el hombre repudia a su mujer por causa de fornicación, entonces no puede suceder todo lo anterior, es decir, que si él se casa con otra no adultera, tampoco hace que ella adultere y otro hombre no adultera por casarse con la repudiada. Y debemos recordar que todo debe cumplirse, no solo una parte. Recordemos además que la carta de divorcio liberaba a ambos cónyuges para poder casarse con otros sin cometer adulterio.
Jesús está enseñando que si un hombre se divorcia de su esposa por una razón que no es inmoralidad sexual, entonces hace que ella adultere, y el que se casa con ella comete adulterio.

Por el otro lado, si él se divorcia de su esposa porque ella cometió adulterio, no hace que ella adultere, porque ¡ya ha cometido adulterio!  En el primero caso, le causó cometer adulterio porque su marido se divorció de ella por razones que no tenían nada que ver con inmoralidad sexual.  En el segundo caso, ella cometió inmoralidad sexual y es la razón por la cual él se divorció de ella.

En el caso de una persona inocente, Dios le pone en libertad a él o ella para casarse sin cometer adulterio.  Sin embargo, Dios no le da libertad a la persona culpable para que se case otra vez, y si lo hace, comete adulterio, y el que se casa con ella comete adulterio. En este caso, ella no está libre para casarse de nuevo.  No está librada por la ley de Dios para casarse de nuevo.  La única manera que ella o él puede estar bien con Dios es separarse de su nuevo cónyuge.

Otra vez, el hermano construye un caso sobre una interpretación falsa de las Escrituras:

Si un hombre cristiano soltero se casa con la  repudiada no comete adulterio ¿es verdad esto? si esto es verdad, entonces tampoco la mujer comete adulterio, puesto que el adulterio significa el acto sexual de un hombre con una mujer casada o viceversa. Si no es verdad, entonces tiene que ser porque la mujer tiene marido y si tiene marido es porque su unión matrimonial no ha sido disuelta por su fornicación y por su carta de divorcio.

Si un hombre cristiano repudia a su mujer por fornicación y se casa con otra no comete adulterio ¿es verdad esto’? si esto es verdad quiere decir que ha dejado de ser una sola carne con su mujer. Pero ¿como es que su mujer no ha dejado de ser una sola carne con él? y si ella no ha dejado de ser una sola carne con él, porque mientras su marido viva ella será llamada adúltera si tiene contacto sexual con cualquier otro hombre, entonces ¿cómo es que el hombre puede ser una sola carne con dos mujeres sin cometer adulterio?

Él no puede entender porqué la mujer divorciada por inmoralidad sexual que se casa otra vez puede estar viviendo en adulterio si no está ligada a su primer marido.  La respuesta es fácil.  Es porque Dios dijo así.  Dios pone en libertad a la persona inocente, pero no a la culpable.  Dios tiene el poder de librar o ligar.   Jesús dio la “excepción” a la persona inocente, y no a la persona culpable de inmoralidad sexual.  La frase de la excepción no es dada a la persona culpable, sino a la inocente.

En Mateo 5:32, Jesús está diciendo que el hombre que se divorcia de su esposa no por inmoralidad sexual, hace que ella adultere.  Por otro lado, si ella comete inmoralidad sexual, entonces, no hace que ella haga nada malo.  Cualquier hombre que se casa con la mujer divorciada por cualquier causa comete adulterio.  ¿Por qué? Porque en ninguno de los casos es la mujer librada por la ley de Dios para casarse de nuevo.  La única excepción de esto es si su marido ha cometido inmoralidad sexual.  Dice El hermano:

Si un hombre cristiano repudia a su mujer por fornicación y se casa con otra no comete adulterio ¿es verdad esto? si esto es verdad quiere decir que ha dejado de ser una sola carne con su mujer. Pero ¿como es que su mujer no ha dejado de ser una sola carne con él? y si ella no ha dejado de ser una sola carne con él, porque mientras su marido viva ella será llamada adúltera si tiene contacto sexual con cualquier otro hombre, entonces ¿cómo es que el hombre puede ser una sola carne con dos mujeres sin cometer adulterio?
En este caso, la ley de Dios ha dado libertad a la persona inocente para casarse otra vez.  La esposa culpable, por otro lado, no está liberada por la ley de Dios para casarse de nuevo, y por esta razón, ella comete el adulterio si lo hace.  Ella cometería adulterio, no porque está siempre casada, sino porque está ligada por la ley de Cristo.  Dice el hermano:
Si una mujer es separada por su marido por causa de fornicación, pero luego ella se arrepiente confiesa su pecado y es reconciliada con Dios y con la iglesia, su divorcio permanece. Si esto es verdad entonces ella puede casarse con alguien mas sin cometer adulterio. Si no es verdad es porque su matrimonio inicial permanece vigente. en cuyo caso ella tiene otra mandamiento que cumplir.  1 Corintios 7:11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido: y que el marido no abandone a su mujer.   Pero y si su marido se ha casado con otra ¿cómo puede ella cumplir con lo anterior?
La mujer no está desligada por la ley de Dios para casarse de nuevo.  Por ejemplo en 1 Corintios 7:10, 11, el esposo y la esposa pueden divorciarse cuando no existe inmoralidad sexual, pero si lo hacen, tienen que quedarse “sin casar” o solteros.  Ellos están ligados por la ley de Dios de quedarse “sin casar”.  Ellos no pueden casarse con otro.  ¿Por qué?  ¿Por qué todavía están casados?  En ninguna manera,  porque la Biblia dice que son “solteros”, y porque la ley de Dios no les da la libertad de casarse con otro aunque no están casados.

El hermano ha confundido un divorcio por inmoralidad sexual y un divorcio por otras causas.  El hermano dice:

Recordemos además que la carta de divorcio daba libertad a los dos cónyuges para casarse con otros sin cometer adulterio. Así pues al otorgar la carta de divorcio por causa de fornicación, lo anterior debería ser válido. La pregunta es: ¿es válido lo anterior para los cristianos? ¡Claro que no es valido!
Aquí, el hermano admite que la carta de divorcio bajo la ley podía dar la libertad a los dos cónyuges para casarse con otros sin cometer adulterio (Dt.24:1-4).  Por eso,  él puede ver que la ley de Dios libró a los dos para casarse de nuevo.  ¿Por qué no puede aceptar que la ley de Cristo puede librar la persona inocente para casarse de nuevo sin librar la persona culpable?  Dios puede hacer lo que quiere.

El hermano está aplicando la ley antigua a los matrimonios cristianos.  Jesús nunca dio el derecho de casarse de nuevo a los cristianos culpables de inmoralidad sexual.  Es una de las razones por las cuales los discípulos, después de escuchar la nueva ley de Jesús de matrimonio y divorcio,  le dijeron: “. . . Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse” (Mateo 19:10).  Ellos entendían que Jesús estaba presentando una ley nueva y más estricta que la ley de Moisés.

En conclusión, el hermano dice:

Es imposible aplicar los pasajes de Mateo 5:32 y Mateo 19:9, con todas sus implicaciones, a todos los matrimonios y mas aún a los matrimonios cristianos.
Jesús, tampoco, quiere que nosotros apliquemos Mateo 5:32 y Mateo 19:9 a todo tipo de matrimonios.  Sin embargo, era para los cristianos.  Jesús estaba dando leyes que iban a gobernar su reino venidero.

Es imposible aplicar los pasajes de Mateo 5:32 y Mateo 19:9 en otro contexto que no sea el de la ley de Moisés sin quebrantar otros pasajes como Mateo 19:6, Romanos 7: 1-2 y 1 Corintios 7:39

Esto sería imposible para las personas que rehúsan aceptar las palabras de Jesús en Mateo19:9 y Mateo 5:32 como parte de la ley del reino de Cristo.

Cuando Jesús empezó su ministerio público, lo inicio predicando el evangelio del reino.  Como un santo profeta, Él nos trajo una revelación nueva.  Jesús compartió su Nuevo Testamento con sus discípulos y el pueblo de Israel, aunque no entró en vigencia hasta después de su muerte.  En Mateo 19:4-6, Jesús explicó la ley  matrimonial del principio, en Mateo 19:7,8 la ley matrimonial para los judíos y finalmente, en Mateo 19:9-12, dio la ley matrimonial para los cristianos.

Jesús no estaba corrigiendo un error que enseñaba Moisés.  Moisés era fiel en toda la casa de Dios, y solamente enseñó lo que había recibido de Dios.  Las palabras de Moisés eran las palabras de Dios.  Decir que Moisés enseñó algo que se originó con él es tratar de disminuir la inspiración de las Escrituras.

Jesús dio su ley matrimonial para proteger a la persona inocente.  El artículo del hermano deja la idea que no es importante si su cónyuge sea homosexual o adúltero, tiene que quedarse con él o ella.  Según él, no existe una razón hoy día para el divorcio.  Según él, si su esposa o esposo es infiel, tiene que quedarse con él o ella toda la vida, o tiene que quedarse célibe para toda la vida.  Entonces la persona inocente tiene que sufrir toda la vida por los pecados de su cónyuge infiel.  @Que lástima que los hombres no tienen la compasión de Jesús!  Cristo le da al cristiano inocente la libertad de casarse de nuevo si su cónyuge es infiel.  Gracias a Dios que no tenemos que seguir las leyes originadas en las mentes de los hombres.

 

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