Trazando Bien la Palabra de Verdad

Por Elías Rodríguez

 

Es responsabilidad de cada uno de nosotros quienes deseamos agradar a nuestro bendito y glorioso padre celestial, que obedezcamos fielmente las instrucciones que encontramos en la santa palabra de Dios, pero que al hacerlo tengamos mucho cuidado de trazar correctamente esta palabra divina. El apóstol Pablo escribiendo a aquel joven predicador, Timoteo le exhortó, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
A pesar de esta advertencia que el Espíritu Santo nos da a través de Pablo, muchos en el mundo religioso de nuestros días hacen caso omiso de tal advertencia, y continúan trazando mal la palabra de verdad, interpretándola y aplicándola de acuerdo al razonamiento humano, y a sus propias conveniencias. Esto ha traído como consecuencia una serie de doctrinas y prácticas religiosas carentes de toda autoridad bíblica. Todo este desvío de la verdad a su vez a resultado en una gran división religiosa, que sufrimos y lamentamos. Este proceder humano, guiado por Satanás va en contra de la voluntad de Dios y de la oración de Jesucristo por la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti…Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad”,(Juan 17:20-23).
Es por eso que el objetivo principal de este folleto es presentar información bíblica que nos ayude a trazar debidamente la palabra de Dios. Así que acepte el contenido de este folleto como una súplica a dejar el denominacionalismo y volver al patrón bíblico. Algo que sin duda alguna puede ayudarnos grandemente para lograr tal objetivo, es entender que la Biblia registra tres eras o períodos en la historia del hombre en su relación con Dios, y que nuestro Padre celestial ha tratado con su gente de una manera diferente en cada uno de ellos. También aprender que aunque “Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos”, sus propósitos y mandamientos para sus hijos, han cambiado de un período a otro. Conocer esto es fundamental para saber usar debidamente la Biblia, y así conocer cual es realmente la voluntad de Dios para nosotros hoy. Esto es vital ya que este conocimiento nos da la habilidad de situar cada evento, cada mandamiento en su tiempo exacto, y consecuentemente nos ayuda a entender si tal o cual mandamiento es para nosotros hoy o fue para alguien más en el pasado. Para esto he preparado una lámina que presenta Estas tres eras: La Era Patriarcal, La era Mosaica y La Era Cristiana, contrastando lo que Dios pidió de sus hijos en cada una de ellas:
La Era Patriarcal (Génesis 1 a Éxodo 20)
Este período de la historia bíblica principia con la creación y se extiende hasta el tiempo cuando el pueblo de Israel recibió la ley (los diez mandamientos) en el monte Sinaí por medio de Moisés. Veamos algunas características de esta era:

 

La religión era familiar (Génesis 6:18).
La adoración era en altares (Génesis 8:20).
Dios hablaba directamente a los patriarcas, es decir, a los padres de los grupos familiares, como Noé (Génesis 6:13,14), Abraham (Génesis 12:1,2), entre otros.
No había ley para el diezmo (Génesis 28:20-22).
No había ley para guardar el sábado (Éxodo 20:8-11).

 

La Era Mosaica (Éxodo 20 a Malaquías 4)
Esta segunda era de la historia bíblica abarca desde el monte Sinaí (Éxodo 20) y termina con la muerte de Cristo (Hebreos 9:15-28). Veamos algunas características de esta era:

 

La religión era nacional, El pueblo de Israel (Deuteronomio 7:6,7).
Un lugar específico de adoración, primero el tabernáculo (Éxodo 25:1-9), después el templo (1 Reyes 8:18-20), estos lugares tenían significado espiritual.
Dios habló a los israelitas por medio de Moisés (Éxodo 19:3).
Se establece el sábado como día santo (Éxodo 20:8-11).
El diezmo se establece como ley (Deuteronomio 14:22).

 

La Era Cristiana (Mateo 1 a Apocalipsis 22)
Esta tercera y última época de la historia bíblica comienza con la vida de Jesús (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y terminará con el juicio (Apocalipsis 22).
Consideremos algunas características de este período:

 

La religión es de alcance mundial (Romanos 1:16; Hechos 1:8).
No hay lugar específico de adoración (1Corintios 14:23). La iglesia somos el grupo de cristianos, no el lugar de reunión (1 Pedro 2:5; 1 Corintios 6:19; Hechos 11:26), por lo tanto, el lugar de reunión carece de significado espiritual.
Dios habla por medio de Cristo (Hebreos 1:1,2).
Un nuevo día de adoración, el domingo (Hechos 20:7).
Ofrenda voluntaria (1 Corintios 16:1,2).

 

Después de exponer lo anterior preguntamos, ¿En cual de los tres períodos de la historia bíblica vivimos hoy? Al examinar el esquema aprendemos que vivimos después de la muerte de Cristo, es decir, en la Era Cristiana. No en la Mosaica ni tampoco en la Patriarcal, ya que estas eran comprenden el tiempo anterior a la muerte de Cristo. Entender esto es de suma importancia porque es cuando podemos ubicarnos en el período correcto en el cual vivimos. También nos ayuda a aprender que los mandamientos de la Era Patriarcal fueron para los patriarcas, y los de la Era Mosaica para el pueblo escogido por Dios, los israelitas. Por lo tanto, es una violación franca al uso correcto de la palabra de Dios cuando nosotros quienes vivimos bajo la ley de Cristo en la Era Cristiana, practicamos doctrinas y mandamientos que fueron para los judíos o para los patriarcas. La Biblia claramente nos enseña que cualquiera que desee practicar una doctrina de la ley del antiguo testamento, está obligado a cumplir toda la ley, porque si no lo hace está bajo maldición, “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3:10). Todos sabemos que nadie la pudo cumplir, con excepción de Cristo, entonces entendemos que no debemos tomar prácticas de la ley de Moisés y querer aplicarlas en la Era Cristiana. Les suplico en el amor del Señor que al buscar a Dios lo hagamos solamente a través de Cristo y su glorioso evangelio (Juan 14:6; Romanos 1:16), y que al usar la palabra de Dios la tracemos debidamente, para evitar caer en desobediencia.
También le invitamos a no conformarse con lo que los líderes religiosos enseñan, ya que ellos pueden enseñar equivocadamente. Cristo y los apóstoles nos advierten acerca de los falsos profetas que vienen a nosotros (Mateo 7:15-20; 1Timoteo 4:1-3; 2 Pedro 2:1-3; 1 Juan 4:1). No permitan ser seducidos por la famosa expresión, “Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos”, utilizada (incorrectamente) muy a menudo ellos que predican doctrinas y prácticas del antiguo testamento. Ya que hemos comprobado que aunque tal expresión es bíblica y verdadera, Dios ha tratado de diferente manera con sus hijos en los tres períodos de la historia bíblica.
Aprendimos también que el antiguo testamento registra leyes y mandamientos para los patriarcas y los judíos, en un tiempo anterior a la muerte de Cristo y al establecimiento de su gloriosa institución, la iglesia. Hoy día bajo la Era Cristiana, es a Cristo a quien debemos seguir y su glorioso evangelio (el Nuevo Testamento) el que debemos obedecer (Hebreos 12:2; 8:6-13).
Es mi deseo y oración que el contenido de este folleto pueda ayudarle a entender y trazar bien la palabra de verdad.

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